Casi dos años después del controvertido fallecimiento del cantante, el doctor Conrad Murray se sentará en el banquillo para hacer frente a la acusación de homicidio involuntario por su presunta responsabilidad en el repentino final de la vida de Jackson.
Murray, de 57 años, compareció nuevamente ante los tribunales para responder oficialmente a los cargos que pesan en su contra en el caso Jackson, un trámite previo a la apertura del juicio que, según la defensa, podría durar 2 meses.
"Soy un hombre inocente", aseguró el cardiólogo al magistrado antes de declararse "no culpable".
En caso de que se demuestre su implicación en la muerte del "rey del pop", Murray se enfrentará a una pena de hasta 4 años de cárcel.
Tras una vista oral que duró casi una semana, el pasado 11 de enero Pastor consideró que había evidencias suficientes para dar su visto bueno a un juicio contra el doctor.
El juez además decidió suspender cautelarmente la licencia médica de Murray en California.
ADICCIÓN AL PROPOFOL
Según los testimonios que se escucharon durante esos días en los tribunales, el "rey del pop" padecía una adicción a un potente anestésico de nombre propofol que utilizaba frecuentemente para ayudarse a dormir.
Murray se encargaba de obtener ese fármaco, usado en hospitales y bajo prescripción médica, y de suministrarlo a Jackson, quien al parecer llegaba a rogar encarecidamente que le dieran su dosis.
El día de la muerte del cantante, el 25 de junio de 2009, Murray trató de evitar que Jackson usara propofol y antes de la dosis letal le administró varios calmantes para que se durmiera, pero no logró su objetivo.
En esa jornada el cantante insistió para recibir lo que él denominaba su "leche" y llegó a amenazar con cancelar los ensayos de sus conciertos de julio en Londres si Murray se negaba a facilitarle el anestésico, según declararon algunos testigos.